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jueves, 29 de marzo de 2012

Cerrado por huelga

Normalmente este blog se actualiza los jueves. Pero esta semana no va a ser así, porque estamos en la huelga general.

jueves, 22 de marzo de 2012

Razones para una huelga

Ni a favor del PP, ni en su contra. Ni con el PSOE, ni contra él. Ni por IU, ni contra ella. Ni por la convocatoria de los sindicatos CCOO y UGT, ni por oposición a la patronal CEOE. Ni a favor de las organizaciones de base católicas, ni en contra de su jerarquía. Ni en contra de UPyD, ni a favor de la organización Democracia Real Ya. Ni porque se hayan sumado las organizaciones ecologistas, ni en contra de la fundación FAES. Pienso que el apoyo a la huelga general del próximo 29 de marzo no debe depender de qué organizaciones la apoyan o la enfrentan; de hecho, pienso eso en general, pero me parece que vale la pena recordarlo en esta ocasión.

Creo que lo que está en juego es lo bastante importante como para que cada uno tratemos de actuar de manera independiente de lo que hagan nuestras instituciones, organizaciones y medios de comunicación de referencia. Pienso que la situación económica española es mala, muy mala, y que hay que hacer algo que ayude a mejorarla. También creo que el gobierno de un país ha de hacer su trabajo en beneficio de sus ciudadanos; de todos ellos. Sin embargo, creo que la reforma laboral no verifica ese principio, y voy a dar unos cuantos argumentos al respecto:
  • Es una reforma desequilibrada en favor de los más fuertes: una empresa con cualquier volumen de beneficios pero cuyos ingresos se reduzcan durante tres trimestres consecutivos, puede despedir a parte de su plantilla, considerándose esos despidos procedentes; o puede bajarles el sueldo, o subirles las horas de trabajo. Además, muchos expedientes de regulación de empleo (ERE) se pueden ya realizar sin que un juez establezca si son justos o no. Y prevalece el convenio de empresa frente al convenio colectivo, lo que reduce la fuerza de los trabajadores en la negociación de sus condiciones de trabajo.
  • Es una reforma que ataca derechos de los ciudadanos: España contaba con uno de los despidos más caros de Europa antes de la reforma. Eso ahora deja de ser así, lo que significa que un derecho adquirido y una ley que lo protegía se ven recortados.
  • Es una reforma que ataca la seguridad en el empleo: los contratos de formación se extienden hasta la edad de 30 años. Se suprimen los salarios de tramitación (lo que percibe el trabajador despedido que mantiene un conflicto judicial con su empleador). Incluso se prevé el posible despido de trabajadores fijos de la Administración.

En general, creo que los derechos adquiridos nunca deberían poder perderse o recortarse, y creo que la reforma laboral permite que eso ocurra con algunos de ellos. También creo que el gobierno ha legislado en esta ocasión a favor de un segmento de la población y en contra de otro más débil. Y por eso, yo voy a hacer huelga el próximo jueves.

jueves, 15 de marzo de 2012

Deudas con el Estado

Hay una conocida frase que dice lo siguiente:         

"Si debes una gran cantidad de dinero, tienes un problema. Sin embargo, si debes una cantidad enorme de dinero, es tu acreedor el que tiene un problema"

La cita anterior parece ser cierta en el caso de la deuda que mantienen con el Estado los clubes de fútbol y que se ha hecho pública estos días: los clubes deben 751 millones de euros a Hacienda, una cantidad equivalente al 10% del presupuesto de investigación en 2011. La situación no es nueva: en 1990 el gobierno español tuvo que cambiar muchas leyes relacionadas con los clubes deportivos profesionales (inventando la figura de las Sociedades Anónimas Deportivas, entre otras cosas) y asumir buena parte de la deuda que acumulaban entonces los clubes de fútbol cediéndoles una porción mayor que la acordada de los ingresos de las quinielas deportivas. Hay quien dice que la razón por la que los clubes de fútbol mantienen deudas que no se consentirían a ningún otro, particular o empresa, es el apoyo social que tienen. Por otro lado, cabe destacar que no solamente los clubes de fútbol acumulan deudas. Por ejemplo, el club de baloncesto Estudiantes mantiene una deuda de nueve millones de euros y ha pasado por un proceso concursal recientemente.

En vista del caso anterior, mi pregunta de esta semana es la siguiente: ¿Tiene la administración que negociar de alguna manera las deudas que particulares o empresas tienen con ella? Si la respuesta es afirmativa ¿Cuáles son los criterios que debe utilizar la administración para decidir con qué flexibilidad se trata a  los deudores? Todo ello, claro, valorado en el contexto de crisis económica que vivimos y que hace que escasee la liquidez. Mi opinión es que en una situación tan complicada como la que vivimos actualmente, no es posible que el Estado renuncie a dinero que es suyo y necesita, si tiene alguna posibilidad de recuperarlo.

jueves, 8 de marzo de 2012

Soberanía nacional

Desde el advenimiento de la llamada "primavera árabe" hace más de un año, los distintos países (Túnez, Egipto, Libia, Siria...) en los que hubo revueltas de algún tipo han tomado también derroteros distintos. Los apoyos que han tenido las revueltas han sido diferentes: en algunos países el peso de la revolución estaba a cargo de la sociedad civil; en otros los militares apoyaron la rebelión; e incluso otras naciones han realizado manifestaciones de apoyo a algunas de las revueltas, y no a otras. Finalmente, han caído algunos gobiernos, como el de Túnez, el de Egipto y el de Yemen, mientras que la intervención militar de la OTAN ha posibilitado la caída de otro, el de Libia. En otros países, y especialmente en Siria, las protestas siguen y la solución del conflicto no está clara.

Quiero centrarme hoy en los dos últimos países que he citado, desde el punto de vista de los derechos humanos y la soberanía nacional. La pregunta es, claro, en qué momento (si es que hay alguno) se puede violar la segunda para garantizar los primeros, y en el caso de que se pueda, hasta qué nivel se puede hacer y con qué respaldo u objetivos. La operación militar en Libia fue llevada a cabo por la OTAN, que es una organización de países que no pretende representar la "legalidad internacional"; pues en principio, ese es el papel de la ONU. Además, lo que en un principio iba a consistir en el establecimiento de una zona de exclusión aérea (que es lo que el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó) terminó siendo una operación ofensiva en la que murieron civiles. Con respecto a los fines de la intervención, tampoco está claro que el pueblo libio viva mucho mejor hoy que antes de la intervención militar, ni que quienes lo gobiernen sean mucho mejores que Gaddafi.

En general, pienso que cuando alguien no tiene autoridad sobre otro (y pienso que un país no la tiene sobre otro) no debe influir en los asuntos de éste; y creo que en ningún caso esa influencia ha de ser violenta. Además, creo que la intervención en Libia ha resultado en un perjuicio mayor para ese país que los posibles beneficios que éste va a obtener de la misma. Por tanto, opino que ésta nunca se debió llevar a cabo. Y lo mismo pienso para el caso sirio, que guarda ciertas similitudes con el libio, y del que creo que terminará igual.

jueves, 1 de marzo de 2012

Los costes de la educación

Hoy podemos leer en la edición digital de ABC una noticia relacionada con la revisión de los precios de las matrículas en las universidades públicas. Además de asegurar que subir los precios de las segundas matrículas (y sucesivas) es algo positivo, la secretaria general de Universidades, María Amparo Camarero, confirma que estudia también la subida de los precios de la primera matrícula. Hace algunos meses, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, puso en duda también la gratuidad de los estudios de Bachillerato, al menos en la teoría.

En general, estos dos ejemplos vienen a motivar el posible debate sobre el reparto de los costes de la enseñanza pública. En España toda la formación preuniversitaria es gratuita y los precios de los estudios universitarios oscilan entre los 535 y los 1.280 euros anuales, mientras que en otros países existen diferentes modelos de precios y ayudas para la financiación de los estudios. Existen, además, numerosos estudios sobre la conveniencia de cobrar tasas universitarias, como éste.

Mi opinión resumida sobre el tema es la siguiente: creo que toda la educación anterior a la universidad ha de ser gratuita, sin excepciones. También creo que las tasas universitarias pueden ser moderadamente altas, incluso superiores a las españolas, si se cumplen las siguientes tres condiciones: que haya una gran diferencia de precio entre primera matrícula y sucesivas; que haya un sistema de becas económicamente muy potente para corregir desigualdades de origen y que se asigne en función de la situación económica del solicitante; y que el dinero que las universidades recauden por las matrículas universitarias se utilice por completo en mantener una calidad en la formación lo más alta posible. Y todo ello, a pesar de la crisis económica, pues creo que la de educación no es una partida negociable de los presupuestos.