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jueves, 6 de septiembre de 2012

Desregulación

Ryanair es una compañía aérea irlandesa de bajo coste. En concreto, es la mayor compañía aérea de bajo coste en Europa: no en vano, transportó más de 75 millones de pasajeros en 2.011. Sus precios son inigualables, consiguiendo que en ocasiones volar a algún destino que esté a 2.000 kilómetros de distancia sea más barato que viajar en autobús a una ciudad cercana. Como consecuencia, el resto de aerolíneas se ven obligadas en ocasiones a bajar sus precios o a cancelar rutas debido a la feroz competencia que Ryanair supone. Esto es, en sí mismo, un ejemplo del éxito del libre mercado y de las normas de competencia, que suponen que cuando varias empresas intentan atraerse a un cliente, este se ve beneficiado y recibe un mejor servicio.

Sin embargo, existen numerosas sombras sobre la compañía irlandesa que hacen sospechar que no estamos ante un caso modélico. La aerolínea dice que sus precios son tan competitivos porque reduce al máximo sus gastos: personal de tierra, peso de la aeronave, cantidad de combustible cargada en cada avión... Sin embargo, también reduce gastos de otras formas: no permite facturar equipaje gratuitamente, ni llevar más de un pequeñísimo bolso de mano, deniega el embarque con excusas de lo más peregrino, y en general busca el límite de la legalidad para ahorrar de cualquier manera, con el consiguiente deterioro de la calidad del servicio (la aerolínea incluso propuso que se pudiera volar de pie, o que se pagara dinero por ir al servicio en el avión). Además, va al límite en cuestiones relacionadas con la seguridad, que son más graves: este verano sus aviones han tenido que realizar varios aterrizajes de emergencia porque se estaban quedando sin combustible. Por último, su estrategia en ocasiones pasa por mantener líneas no rentables en aeropuertos regionales a cambio de importantes subvenciones de los gobiernos.

Una conclusión que se puede sacar de todo lo anterior es que Ryanair no compite en igualdad de condiciones con las demás líneas aéreas. Esto es indiscutible en la parte que atañe a las subvenciones públicas; pero creo que no es la razón fundamental de los problemas que la aerolínea ocasiona. Ryanair se mantiene la mayor parte del tiempo dentro de la ley y de las reglas del libre mercado, pues ofrece servicios y productos legalmente, y cuando se salta las normas y es denunciada, asume las consecuencias como cualquier otra empresa. Yo creo que Ryanair es un ejemplo de las consecuencias del libre mercado en sí, o como mínimo de la desregulación. Si el servicio que Ryanair ofrece es incómodo, y en ocasiones engañoso y peligroso, es porque las autoridades lo permiten. Y la postura de la compañía es lógica: no tiene compromisos éticos, y por lo tanto lo único que quiere es maximizar su beneficio. Es un debate interesante, aunque me temo que exclusivamente teórico, determinar si las empresas deberían regirse por criterios éticos o morales además de económicos. Pero lo que está claro es que en general no hay relación entre el interés de una empresa y el general, y por tanto creo necesaria una regulación fuerte que evite que las corporaciones actúen en contra del interés de los clientes (que no son solamente clientes, también son personas con derechos) o incluso pongan en riesgo su seguridad.

7 comentarios:

  1. Muy oportuna esta entrada: esta mañana un avión de Ryanair que iba a Las Palmas ha tenido una despresurización de cabina después del despegue. Eso ya es serio.
    Está comprobado que el libre mercado, la competencia tal como se plantea, al menos en lo que se refiere al transporte, no supone un mejor servicio; supone una rebaja de precio al usuario, a costa de un servicio infinitamente peor. Incluso en lo que se refiere a la seguridad. Es fácil remontarse a la liberalización del transporte ferroviario en UK hace unos años y mirar como crecieron las estadísticas de accidentes.
    El problema, como apuntas, es que la liberalización no va acompañada de las medidas de regulación adecuadas. Para empezar, no es tal competencia, como has dicho. Cualquier capital de provincia que tenga una antigua base aérea (p.e. Matacán en Salamanca) puede financiar a Ryanair para que monte un vuelo, a través de instituciones públicas (tiene narices) o privadas (Cámaras de Comercio y así).
    Pero lo grave es la desregulación que se produce al tiempo que se liberaliza el mercado. Circula por ahí una falacia que dice que el mercado se autoregula, porque el que da peor servicio quedará excluido. Es falso, para empezar porque ya hemos visto que la competencia no es real, y solo se puede esperar deterioro del servicio y bajadas de precios (...si acaso; estamos viendo con la gasolina que ni eso).
    Y lo mismo pasa con la seguridad. Se ha pasado del regulador que emite todo tipo de normas sin tener ni idea del tema, a no regular. Se confía en las buenas prácticas de las empresas y se evita regular, cuando no debía ser así. Y ello porque, para que una compañía se vea excluida del mercado por motivos de seguridad, primero tiene que pasar algo grave. Y eso es inadmisible.

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    1. Naturalmente, estoy de acuerdo con lo que dices. Estaría bien buscar esos datos sobre seguridad en el sector del transporte en el Reino Unido (antes y después de la liberalización).

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  2. Tengo mucho que decir del tema, pero poco que añadir a lo que ya habéis dicho sobre Ryanair.

    Yo tengo una teoría muy tonta, quizás muy idílica, y es que toda empresa debería tener como misión cambiar el mundo a mejor, en lo que sea, por muy sutil que sea esa diferencia. El dinero (en mayor o en menor medida) vendrá, seguro (puede que no en cantidades estratosféricas, pero no creo que nadie lo necesite realmente)

    Para cambiar el mundo a mejor, toda empresa debería (como mínimo):

    1. Tratar de mejorar la vida de sus trabajadores
    2. Tratar de mejorar la vida de sus clientes/usuarios
    3. Tratar bien a sus proveedores
    4. Respetar el entorno

    En ese orden. Ahora, mirad qué cumple Ryanair de todo eso.

    Lo bueno de todo esto es que creo que a medio-largo plazo una estrategia que haga más infelices a todos los involucrados, no funciona. ¿Lo malo? Que en este caso puede que haya que esperar a que muera gente.

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    1. Estoy seguro de que si todas las empresas cumplieran tus cuatro puntos el mundo sería un lugar un poco mejor. Pero me pregunto ¿Cabe esperar que un número importante de compañías acepte, sin que haya una regulación de por medio, criterios de ese tipo en su funcionamiento? Yo creo que no.

      Por otro lado, yo no creo que las malas prácticas empresariales lleven a la quiebra en el largo plazo siempre (ejemplo: Goldman Sachs, empresa vieja donde las haya). Ni siquiera creo que eso sea cierto para empresas de servicios (ejemplo: McDonalds). Por desgracia, creo que siempre se pueden elegir al menos dos caminos para hacer las cosas, y el que consiste en maximizar el beneficio a toda costa no tiene por qué ser el perdedor, ni siquiera a la larga...

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    2. Yo creo que se necesitan más casos de éxito al aplicar esos puntos para que más empresas se suban al carro. Esto está ocurriendo especialmente en el sector tecnológico, gracias a que empresas como Google, Apple, Twitter o Facebook cumplen una parte importante de esos puntos (aunque ninguna cumple todos al 100%).

      En cuanto a lo de que les lleven a la quiebra a largo plazo, creo que cada sector tiene una definición diferente de lo que es corto, medio y largo plazo, y habría que ver si ajustando eso se cumple (yo creo que en el mayor número de casos es así). McDonalds es un mal ejemplo, porque cumple muy bien uno de los puntos (de los más importantes) que es que hace más felices a sus clientes, porque por mucha mierda que me meta en las arterias, a mi y a millones de personas más nos encanta McDonalds (gracias a Dios me lo raciono :P)

      Creo que el problema es que hoy día aplicar esto, al no estar probada su eficacia, es más un acto de altruismo que de negocio, y por eso es complicado que suceda. Por no hablar de que un negocio no se pone en marcha con felicidad, sino con dinero, y ahí tendríamos que hablar también de la ética del inversor (arreglar eso ya es más complicado).

      Pero soy optimista, y creo que el mejor modo de conseguirlo es dando ejemplo :)

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  3. Como información complementaria: una opinión en contra de la tesis central de este post aquí (en inglés). Según los autores, que analizan la liberalización del transporte aéreo y la aparición de las compañías de bajo coste (dos fenómenos que ellos consideran vinculados estrechamente, y yo también), la única razón por la que la competencia no hace que se viaje en las mejores condiciones es que exista aún cierta regulación.

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    1. No me parece que diga eso. Lo que dice es que si se liberalizan los mercados que no lo están (por ejemplo los asiáticos, los de la UE y USA en realidad ya lo están), bajarán más los precios y volará más gente, y eso es bueno para la economía.
      Pero no entra en nada de lo que estamos hablando aquí. La seguridad, y en general, los métodos que se aplican para bajar precios, no se tratan en absoluto. Y utiliza como indicadores de calidad cosas como las frecuencias de vuelos entre dos sitios, cuando nosotros hablamos de otras cosas. Llega a decir que lo deseable son los vuelos con escalas (cuando no es defendible ni desde el punto de vista ecológico) y que los vuelos con escalas son más baratos. Desafío a cualquiera a que entre en la web de Iberia y mire la diferencia de precio entre el vuelo directo a Buenos Aires y el mismo vuelo vía Londres.
      En fin, yo creo que habla de eficiencia...para las compañías y la economía global.

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